El juego perfecto

Al Bat 

“El Juego Perfecto” 

Jesús Alberto Rubio

beisrubio@gmail.com

Angel Macías

Ayer disfruté en grande la película “El Juego Perfecto” que nos traslada al primer campeonato mundial de Ligas Pequeñas ganado por un equipo mexicano en Williamsport (1957) al mando de César L. Faz. 

Desde 1949 en que iniciaron esas ediciones mundiales, ningún equipo extranjero se había adjudicado ese  campeonato… ¡y de qué forma! 

Y es que tras viajar en un camión de segunda clase, cruzar la frontera por Reynosa y ¡caminar doce  millas! cargando entre todos el equipaje más los bates, guantes y pelotas  hacia McAllen… clase de demostración de los Pequeños Gigantes de la Liga Industrial de Monterrey. 

Y qué decir del Juego Perfecto en el partido final ante La Mesa, CA, de Angel Macías, para la enorme coronación… y de manera invicta  superando en esa final a Lew Riley, quien era el favorito ya que en la temporada regular había lanzado ¡tres juegos sin hit ni carrera!

Angel Macías, de doce años, lanzando de derecho (también lo hacía a la zurda), estuvo sensacional combinando lanzamientos rápidos, lentos y curvas; nadie le sacó la bola del cuadro y abanicó a once. 

 

Esa única hazaña, un juego perfecto en el partido final por el banderín de Williamsport, le dio la vuelta al mundo.  

Angel, impactaba con una actuación jamás vista cerrando con broche de oro al abanicar a los últimos tres que enfrentó para saltar a la gloria con una histórica victoria de 4-0 (23 de agosto) para un registro de oro en los anales del béisbol infantil mexicano. 

Algo increíble, venciendo con un espíritu de equipo, nobleza de compañerismo… e incluso frente a una notable diferencia en su complexión física comparado con los jugadores de EU, además, haciendo a un lado viles actitudes racistas todavía prevalecientes hasta esos años. 

 

Pepe Maiz 

Por cierto, en una escena del film, de pronto aparece en la grada ni más ni menos que don Pepe Maiz, quien siempre ha dicho que todos pronosticaban que los iban a eliminar en el primer juego. 

“Sin embargo en nuestra primera salida le ganamos en McAllen y eso nos dio el derecho de representar al Sur de Texas en Williamsport.  

“Tuvimos que jugar con nuestro uniforme de Monterrey porque el que nos dieron del Sur de Texas nos quedaba muy grande”. 

Maiz participó en los 13 juegos del equipo, la mayoría en el jardín izquierdo. Quedó empatado en producidas con Enrique Suárez. Pero también le tocó lanzar en un juego de extra innings recibiéndolo empatado a 4, ganándolo 6-4. El otro lo lanzó completo, que fue el segundo, ganándolo 7-1. 

"Fuimos un gran equipo, con gran pitcheo y la prueba es que sólo recibimos 14 carreras en trece juegos, pero anotamos 96 veces 

En el juego por el título, empujó la primera carrera y anotó la tercera. 

 

Cuando asistió hace dos años a la Convención del béisbol mexicano celebrada en La Universidad de Sonora, don Pepe me dijo que un instante inolvidable ocurrió cuando regresaron en avión a Monterrey:

 

Expresó que antes de aterrizar, el piloto les pidió se asomaran por la ventana para que vieran como estaba la ciudad,  observando admirados cómo en las calles había miles de aficionados, niños y grandes, haciendo una valla desde el aeropuerto hasta el Palacio de Gobierno donde los recibiría el gobernador Raúl Rangel Frías. 

"Cuando me asomé por la ventanilla y me di cuenta de toda esa cantidad de gente, fue cuando me quedé sorprendido de lo que habíamos hecho, que era triunfar, triunfar y triunfar porque sabíamos que si perdíamos un juego, quedábamos fuera. Y si hubo juegos difíciles, como el que ganamos en extrainnings y el anterior al del título mundial, donde ganamos 2-1”. 

Grandes honores 

Luego de su enorme coronación, al día siguiente los trasladaron hacia Nueva York para ser recibidos con honores en el famoso Ebbets Field en el juego de los Dodgers de Brooklyn contra San Luis, retratándose con sus grandes ídolos. 

 

Posteriormente fueron a Washington a la Casa Blanca donde los recibió el Presidente Dwigth D. Einsenhower y compartieron la mesa con los futuros presidentes Richard Nixon y Lyndon B. Johnson.  

También visitaron algunos lugares de la Unión Americana y luego volaron directo a la Ciudad de México donde los recibió el entonces presidente Adolfo Ruiz Cortines.

 

 

Por fin, después de casi un mes de haber ganado el campeonato, retornaron a  Monterrey que en ese tiempo contaba con alrededor de 500 mil habitantes, siendo vitoreados por unos 300 mil personas se volcaron a las calles dándoles una cálida bienvenida. 

Aquella victoria les valió ser portada en la importantísima revista Life; fueron tratados como héroes nacionales y duraron los próximos meses viajaron por todo el país jugando partidos de exhibición. Inclusive César Faz escribió el libro “Pequeños Gigantes”, todo un éxito. 

Sobrevivientes 

 

Aquellos gloriosos chamacos del 57 fueron Francisco Aguilar, Baltasar Charles, Jesús Contreras, Alfonso Cortés, Rafael Estrella, Gerardo González, Ángel Macías, José Maiz, Roberto Mendiola, Mario Ontiveros, Fidel Ruiz, Enrique Suárez, Ricardo Treviño y Roberto Villarreal. Harold Haskings y José González Torres, fueron los auxiliares del mánager César L. Faz. 

Hoy, de aquel heroico equipo sobreviven Enrique Suárez, quien dirige la Liga del Mercado de Abastos de Monterrey; Roberto Mendiola y Gerardo González y Mario Ontiveros, jubilados de Teléfonos México, CFE y del Grupo Vitro, respectivamente, así como Rafael Estrello, agente viajero.  

También podemos saludar y pedirles su autógrafos a Ricardo Treviño, dedicado al negocio de la joyería y poseedor de ranchos; a Jesús Contreras, entrenador de niños, quien dos veces ha llegado a Williamsport una como jugador y otra como entrenador y qué decir de José Maiz, empresario y actual dueño de los Sultanes de Monterrey. 

Y por supuesto a Ángel Macías, ex pelotero profesional, quien jugó 11 años en la LMB con Reynosa y Monterrey y en nuestro béisbol invernal, como jardinero central de aquellos Naranjeros de Hermosillo que en el 70-71 se coronaron campeones para que por vez primera México asistiera a una Serie del Caribe. 

Bicampeones… 

Al siguiente año, ya con más experiencia y menos dramatismo,  también México sería el campeón con César Faz, Harold “Lucky” Haskings (+) y José Luís Martínez (+), diseñando la nueva estrategia para coronarse. 

Esa vez, surgieron héroes como Héctor “La Malita” Torres, Bobby Treviño y Ricardo Treviño; Andrés Galván Noyola, Armando Torres Torres, Juan José Guajardo, Juan Benigno Castro, Manuel Mora (+), Hugo Lozano (+), Rogelio Lozano (+), José Pomposo Castillo, Roberto Jaime González, Rodolfo Girón Calderón y Adelaido “Pelón” Campos (+). 

En 1997, la hazaña se volvió a repetir con los niños campeones de Guadalupe Linda Vista. 

Todo empezó en 1956 

Y pensar que fue en 1956 cuando se hizo realidad el proyecto de las Ligas Pequeñas de Monterrey en el formato del programa de Williamsport, Pa., igual que en la Ciudad de México.  

Precisamente la Liga Pequeña Industrial fue  pionera y la base para formar aquel inolvidable equipo. 

Jaime E. Rey 

Hablé a Chihuahua sobre el tema con el colega Jaime Efraín Rey y coincidimos en la importancia motivacional que hoy tiene este contenido fílmico, producto de un hecho histórico, para el béisbol mexicano. 

Le advertí de lo motivante y cautivadora que resulta el contenido, con todo y que en algunos pasajes/hechos narrados/descritos se aleja un tanto de los acontecimientos para hacerla mas hollywoodesca. Sin embargo, u riqueza, su profundo valor lo encierra el resultado obtenido. 

En la amable charla por el auricular, saltaron grandes detalles con el gran escritor, los que ya luego le contaré.